Cuando se nos habla de la Zona de Confort, se nos está
hablando de hábitos, de costumbres. Dice el refrán “el ser humano es un animal
de costumbres” y así es, cuando llevamos la vida de una manera determinada, no
conocemos otra forma de estar en la vida con nuestros asuntos y nuestra manera
de hacer nos parece hasta el momento la “mejor” en tanto y cuanto no sabemos
estar de otra forma y en principio, no nos lo planteamos.
¿Cuándo hablar entonces de la Zona de Confort? Hablamos de
la Zona de Confort en el instante mismo en el que nos empieza a incomodar lo
que hacemos, no nos sentimos a gusto con nosotros y empezamos a plantearnos
nuestra manera de estar en la vida.
Empezamos a salir de Nuestra Zona de Confort, en el momento
en el que nos empezamos a cuestionar que es lo que queremos, lo que nos
gusta y si estamos donde deseamos
en nuestra vida. Por lo tanto el primer paso de cambio en nuestra Zona de
Confort se da cuando empezamos a sentir cierta incomodidad haciendo lo que
siempre hemos hecho.
Cuando tenemos problemas y no sabemos salir de nuestra Zona
de Confort, de nuestra manera de
estar en la vida que nos genera insatisfacción, es importante acercarnos a
nosotros mismos con mucho cuidado y mirar en el fondo de nuestras emociones,
descubriremos un lugar donde habita nuestro NIÑO INTERNO y cuando lo podamos
observar con cuidado podremos ver su miedo tan tan antiguo, pero un miedo tan
fuerte como el de un niño desvalido que no se atreve a explorar.
Date tiempo para observar a tu niño interno y proponte
acompañarlo con mimo a descubrir nuevos horizontes, nuevas formas de hacer las
pequeñas cosas de tu vida.
Feliz descubrimiento!!!